martes, 28 de febrero de 2012

Precipicios.


No dudaría en seguirte los pasos si eso supusiera en mí desventuradas sonrisas. Hace un tiempo que mis sonrisas demuestran más mi extrema sensibilidad, antes de significar felicidad.

Lograron convertir mis días en precipicios, de los cuáles supe huir, desconociendo mi paradero. Un precipicio no podía significar un final. Y no sé si fue porque huí, pero los días sin magia son los peores en mis recuerdos. 

Todo parece haber cogido otro pulso, enmendando las palabras no recicladas.

Me contaron también que los miedos compartidos, son más fáciles de llevar.

domingo, 26 de febrero de 2012

sábado, 25 de febrero de 2012

Raíces.



Árbol soy, amor mío. Mis raíces
bajo tu sangre crecen.
Soy todas esas venas que en tu carne
luchan y se retuercen.
Soy la raigambre toda de tu pueblo.
Sus calles. Y sus frutos. Y sus viernes.


Heme aquí, sacudido, vigilando,
lleno de ramas verdes,
protegiendo tu alma con mis hojas,
defendiendo tus besos con mis dientes,
sembrando este amor mío como un ojo
debajo de tu vida y de tu muerte.


Amanezco cantando y anochezco
todo lleno de heridas. Pero siempre,
en todo y sobre todo, soy un árbol
que te hunde raíces mientras duermes.


Y cuando sueño te derramo adentro 
una baranda de arbolitos verdes.